Llegó un correo de nuestro HH departamento de personal, invitando a los colaboradores a concertar una cita con la nutrióloga. Grupo Bimbo te apoya con la nutrióloga, decía el mensaje. Regularmente hubiera pensado que no... que yo sé lo que hay que hacer para llevar una vida más saludable; finalmente soy Ingeniero Bioquímico, y no necesito que una nutrióloga me diga lo que tengo que hacer o comer. Pero esta vez pensé que era hora de hacer algo, y no sólo planear que lo haré más tarde. Había lugar a la una de la tarde, así que fui con ganas de que el puro evento de haber decidido consultar a la nutrióloga ya marcaba de por sí una diferencia.
Me preguntó mis generales: que si mis papás eran obesos, diabéticos o hipertensos, que si hacía ejercicio regularmente, que si mi peso actual estaba en el máximo, en el promedio o en el mínimo de los últimos años, y algunas otras cosas. Me hizo pesarme en la báscula sin zapatos ni calcetines, y sin ningún objeto metálico encima. Me pesó y tomó un segundo obtener un pequeño papelito impreso con mis características físicas. Peso, % de Agua, de grasa, kilogramos totales y la resistencia eléctrica de mi cuerpo.
Me diagnosticó lo que obviamente ya sabía: que estoy en sobrepeso, que tengo que bajar al menos unos tres kilogramos de grasa, que debo tomar más agua, que no debe pasar más de cuatro horas entre cada comida; que debo tomar colaciones a las 11 de la mañana y a las 5 de la tarde, que debo comer nueces y frutas entre comidas, y que me iba a incorporar al menú algunas de las cosas que regularmente como o ceno, para no tener un cambio radical sobre mis hábitos. Con ésto último, al menos pude conservar las palomitas de la dieta, aunque técnicamente debería comer a lo más una bolsa pequeña y no la bolsa regular. Las salchichas también están incluídas, igual que los champiñones. Me mandó un menú con al menos tres opciones distintas para cada comida del día, más las colaciones correspondientes. Que sólo queso panela, pechuga de pavo o salchicas de lo mismo, atún a la mexicana y nopales asados. Que agua simple o de sabor sin azúcar; que café o té sin azúcar; y que debo tomar un alimento con lactobacilos muy temprano en la mañana, no debe pasar más de una hora después de levantarme para tomar mis alimentos, lo cual debería obligarme a desayunar en casa y no en el carro después de haber dejado a los niños en la escuela. Que puedo comer todo lo que quiera de gelatina light, y que los aderezos deben ser: mostaza o salsa inglesa.
miércoles, 10 de abril de 2013
Vocabulario
He aprendido con el tiempo algunas cosas importantes sobre los niños. Una de ellas es que nosotros los adultos subestimamos el impacto del vocabulario en las limitaciones de comunicación de los niños.
Tengo un ejemplo muy claro de esto: en el cumpleaños de Emanuel - creo que fueron los cinco años- estábamos cantando las mañanitas, prendiendo la vela del pastel y con todos sus amiguitos junto a él cuando le pedí que pidiera un deseo antes soplarle. Se lo pedí otra vez, y luego pregunté si ya había pedido un deseo. Con cara de no saber, contestó que no; así que insistí en que pidiera un deseo, mientras la velita encendida estaba ahí esperando... y nada. Una vez más, le pregunté si ya había pedido un deseo; dijo que no, y en la última vez asintió algo confundido. No imaginé que en realidad Emanuel no tenía la menor idea de lo que significaba el verbo desear, y por lo mismo, no sabía que era un deseo. Lo supe cuando después de la partida del pastel le pregunté: ¿qué deseo pediste? Y sin saber contestar, y animado a preguntar, me respondió: Papá... ¿qué es un deseo?
Tengo un ejemplo muy claro de esto: en el cumpleaños de Emanuel - creo que fueron los cinco años- estábamos cantando las mañanitas, prendiendo la vela del pastel y con todos sus amiguitos junto a él cuando le pedí que pidiera un deseo antes soplarle. Se lo pedí otra vez, y luego pregunté si ya había pedido un deseo. Con cara de no saber, contestó que no; así que insistí en que pidiera un deseo, mientras la velita encendida estaba ahí esperando... y nada. Una vez más, le pregunté si ya había pedido un deseo; dijo que no, y en la última vez asintió algo confundido. No imaginé que en realidad Emanuel no tenía la menor idea de lo que significaba el verbo desear, y por lo mismo, no sabía que era un deseo. Lo supe cuando después de la partida del pastel le pregunté: ¿qué deseo pediste? Y sin saber contestar, y animado a preguntar, me respondió: Papá... ¿qué es un deseo?
sábado, 6 de abril de 2013
Temporada baja
No siempre se puede escribir cuando hay alegría desbordada o profunda tristeza únicamente. Hoy, por ejemplo, estoy en una parte baja de la tabla. Hasta a las chivitas les ha ido como en feria a últimas fechas. El trabajo no marcha como debiera, y se acumulan pendientes y pendientes por todos lados. Quisiera cambiar un poco de aires, ciertamente, y regresar a aquellas gloriosas épocas en que era consultor nomás, y podía descansar un poco más.
Ahora están por terminar las vacaciones; los niños andan desvelados, y no hemos aprovechado el tiempo tanto como quisiéramos. Aún no hacemos aquella lista de deseos que les prometí escribir juntos: que a qué museos y parques queríamos ir este año; a dónde saldríamos de vacaciones, y qué cosas quisiéramos aprender, hacer o incluso hasta comprar. Ya tenía una idea de algunas. Por ejemplo, arreglar las bicicletas y visitar el Parque Tezozomoc y El Parque de los Ciervos en Atizapán; aprender a tocar guitarra o piano; conocer vinos y cervezas de México y coleccionar LP's de vinil, principalmente de boleros y jazz; leer doce libros en el año; arreglar mis finanzas personales, tramitar nuestras visas de Estados Unidos y programar unas vacaciones en Nueva York o Washington (en ambos casos en los Estados de NY, WA).
He logrado ya muchas cosas: aprender a manejar a los veintinueve años; aprender a nadar a los treinta y siete; aprender mecanografía a los veintisiete; aprender inglés a los 13; y seguramente aprender algún instrumento musical pasados los cuarenta.
Ahora están por terminar las vacaciones; los niños andan desvelados, y no hemos aprovechado el tiempo tanto como quisiéramos. Aún no hacemos aquella lista de deseos que les prometí escribir juntos: que a qué museos y parques queríamos ir este año; a dónde saldríamos de vacaciones, y qué cosas quisiéramos aprender, hacer o incluso hasta comprar. Ya tenía una idea de algunas. Por ejemplo, arreglar las bicicletas y visitar el Parque Tezozomoc y El Parque de los Ciervos en Atizapán; aprender a tocar guitarra o piano; conocer vinos y cervezas de México y coleccionar LP's de vinil, principalmente de boleros y jazz; leer doce libros en el año; arreglar mis finanzas personales, tramitar nuestras visas de Estados Unidos y programar unas vacaciones en Nueva York o Washington (en ambos casos en los Estados de NY, WA).
He logrado ya muchas cosas: aprender a manejar a los veintinueve años; aprender a nadar a los treinta y siete; aprender mecanografía a los veintisiete; aprender inglés a los 13; y seguramente aprender algún instrumento musical pasados los cuarenta.
sábado, 9 de marzo de 2013
Hijo del Santo vs Hijo del Solitario
Nos fuimos directamente a pedir boletos de Ring Side. Tercera Fila, lo más cercano a Pasarela, y resultó que eran de a doscientos pesos cada uno. Ni hablar, ya los habíamos pedido, así que esta vez no hubo más que un refresco adentro de la arena. La lucha estelar lucía atractiva: El Hijo del Santo y Villano IV contra El Hijo del Solitario y Angel Blanco Jr. Recordaba una foto expuesta en la arena hacía algunas semanas donde El Hijo del Solitario hacía la de a caballo al Hijo del Santo; el primero ensangrentado y con la máscara rota y con una expresión entre fiera y psicópata, con brazos tatuados y un cierto parecido a mi primo Paco.
La primera lucha, como siempre, de los que van comenzando... en relevos. También lucha de mujeres: Rossy Moreno y Esther Moreno contra La Vaquerita, que resultó siendo reemplazada por StarFire, y la Princesa Maya. Ganaron las rudas, sin mucho nivel ciertamente.
Una de las luchas intermedias, como suele suceder, resultó la mejor: relevos australianos con luchadores que amás había visto, hacían lances espectaculares, llaves bien ejecutadas y mucho juego de cuerdasas cuerdas. Dinamick Black y Golden Magic eran los enmascarados técnicos, y Freelance era el sin máscara del trío. Todos muy buenos, y creo que Freelance sobre todo hizo varias espectaculares. Del otro lado, Suicida, Carta Brava y Comando Negro eran los rudos que no desentonaron en la lucha. Merecidamente, al final, les llovieron monedas, y estuvieron mucho tiempo sobre el ring recolectando. Había un luchador de cada bando sin máscara, ambos muy parecidos, y que físicamente me recordaban a Guillermo León, el colega de HP que estuvo con nosotros en China. Al final, los técnicos de máscara se pasaron como quince minutos tomándose fotos por toda la arena, dando autógrafos y saludando a medio mundo.
La semifinal fue lucha del recuerdo: Huracán Ramírez, Solar y Super Astro vs El Negro Navarro, Scorpio Jr y Shu El Guerrero. Han de promediar unos sesenta años, pero Solar aún usa las cuerdas, y el Negro Navarro sigue siendo maestro de las llaves a piso. Scorpio y Shu sin mucho que aportar ciertamente.
En ring side, un grupo de unos diez niños hacían un gran alboroto, azuzados por varios adultos que los acompañaban (parecían ser los tíos y los sobrinos), se pasaron casi todas las luchas 'saludando' luchadores en coro. Bastante molestos, sin gracia y con los tíos diciendo a los niños qué decir y a quién saludar.
El Pirata Morgan, Black Terry y Fuerza Guerrera contra tres luchadores jóvenes: El Hijo del Doctor Wagner, Deccnis, y El Oriental. Con excepción del Pirata Morgan, que aparte de estar gordo y grande no parece tener mucho que ofrecer, los demás luchadores tienen lo suyo: Black Terry, si mal no recuerdo, era mi villano odiado por haberle ganado un campeonato al Vagabundo, mi ídolo de niño en la Arena Poza Rica. En aquella vez, el Vagabundo estaba a punto de aplicarle la Tapatía a Black Terry, pero se le descompuso la llave en el último minuto, y el rudo se repuso para aplicar el toque de espaldas y ganar. Cómo hubiera querido ver campeón al técnico... pero no. Black Terry aún lucha regular... igual Fuerza Guerrera.
La lucha estelar comenzó como esas donde ya hay un pique fuerte: apenas están presentando a los técnicos, y los rudos ya no los dejan ni subir al ring y comienzan a tundirlos. Le rompieron la máscara al Hijo del Santo y le estrellaron sillas al Villano IV. El Hijo del Solitario es mucho más alto que el Hijo del Santo: le lleva como dos cabezas, y es bastante loco. Su máscara tiene un forro color rojo, así que cuando se la rompen da la impresión que está sangrando, pero esta vez aunque se la dejaron con media tapa volando, no hubo una sola gota de sangre. El Hijo del Santo aún aplica la de a caballo, vuela por cuerdas y fuera del ring, e incluso se aventó un doble vuelo: de las cuerdas al centro del ring para tumbar al Hijo del Angel Blanco, y levantándose con una marometa para aventarse fuera del ring con un tope volador al Hijo del Solitario. Se me cumplió gritar en la arena: "Santo, Santo, Santo". Abril pareció disfrutar más la función que Emanuel. Quedamos de no decirle a Maribel que nos habíamos gastado seiscientos pesos en los boletos.
Esta vez nos regalaron posters de la función, en blanco y negro, que terminaron hechos un desastre y que ya no guardamos para traer a casa. Quedamos de ir la próxima semana.
Fray Tormenta y Lola González
Según Wikipedia, Fray Tormenta nació en 1945 y por lo tanto tiene 67 años. Coincido con que esa edad representa. Wikipedia también dice que ya está retirado de la lucha, pero apenas fuimos a verlo a la López Mateos en una función de homenaje que compartió con Lola González. De Lola, encontré en internet que fue esposa de Fishman, otro de mis ídolos en las épocas de la Arena Poza Rica. Los dos lucharon con Yakuza, que es muy bueno, ídolo local de Tlalnepantla, contra Coco Azul, La Diabólica y Magia Negra. La función fue a beneficio de la casa hogar de Fray Tormenta. En la lucha homenaje, el ring se llenó de luchadores que reconocían a Fray Tormenta como su maestro, e incluso en la misma lucha, Yakuza le hizo reverencias a su mentor. Estuvieron las hijas de Lola González enfrente de nosotros, acompañadas de un señor de unos setenta años, muy canoso, muy güero, y muy trajeadito; nosotros estábamos en Ring Side, tercera fila de Pasarela. Lola González entró al Ring con un Kimono muy elegante, y le entregaron un ramo de rosas e hicieron pasar a sus hijas para homenajearla.
En la lucha estuvieron Atlantis, Super Muñeco y Blue Panther, que ya están en la categoría del recuerdo, pero que aún hacen lo suyo. Super Muñeco regalando dulces a la entrada, y con su clásico meneo de cabeza para marear al enemigo, su máscara destapada, y ya pasadito de peso. Blue Panther aún se ve bien, lo mismo que Atlantis.
Lucharon también los bastardos, que no me gustan: Epitafio, Leviatham, Samael y Tormento. Al final de la lucha tuvieron que sacar en camilla a uno de ellos, creo que fue Tormento. Leviatham es el que tiene la boca descubierta y pintada de blanco. Samael es el de la máscara negra.
En la lucha estuvieron Atlantis, Super Muñeco y Blue Panther, que ya están en la categoría del recuerdo, pero que aún hacen lo suyo. Super Muñeco regalando dulces a la entrada, y con su clásico meneo de cabeza para marear al enemigo, su máscara destapada, y ya pasadito de peso. Blue Panther aún se ve bien, lo mismo que Atlantis.
Lucharon también los bastardos, que no me gustan: Epitafio, Leviatham, Samael y Tormento. Al final de la lucha tuvieron que sacar en camilla a uno de ellos, creo que fue Tormento. Leviatham es el que tiene la boca descubierta y pintada de blanco. Samael es el de la máscara negra.
Hijo del Santo vs Hijo del Solitario
Nos fuimos directamente a pedir boletos de Ring Side. Tercera Fila, lo más cercano a Pasarela, y resultó que eran de a doscientos pesos cada uno. Ni hablar, ya los habíamos pedido, así que esta vez no hubo más que un refresco adentro de la arena. La lucha estelar lucía atractiva: El Hijo del Santo y Villano IV contra El Hijo del Solitario y Angel Blanco Jr. Recordaba una foto expuesta en la arena hacía algunas semanas donde El Hijo del Solitario hacía la de a caballo al Hijo del Santo; el primero ensangrentado y con la máscara rota y con una expresión entre fiera y psicópata, con brazos tatuados y un cierto parecido a mi primo Paco.
La primera lucha, como siempre, de los que van comenzando... en relevos. También lucha de mujeres: Rossy Moreno y Esther Moreno contra La Vaquerita, que resultó siendo reemplazada por StarFire, y la Princesa Maya. Ganaron las rudas, sin mucho nivel ciertamente.
Una de las luchas intermedias, como suele suceder, resultó la mejor: relevos australianos con luchadores que amás había visto, hacían lances espectaculares, llaves bien ejecutadas y mucho juego de cuerdasas cuerdas. Dinamick Black y Golden Magic eran los enmascarados técnicos, y Freelance era el sin máscara del trío. Todos muy buenos, y creo que Freelance sobre todo hizo varias espectaculares. Del otro lado, Suicida, Carta Brava y Comando Negro eran los rudos que no desentonaron en la lucha. Merecidamente, al final, les llovieron monedas, y estuvieron mucho tiempo sobre el ring recolectando. Había un luchador de cada bando sin máscara, ambos muy parecidos, y que físicamente me recordaban a Guillermo León, el colega de HP que estuvo con nosotros en China. Al final, los técnicos de máscara se pasaron como quince minutos tomándose fotos por toda la arena, dando autógrafos y saludando a medio mundo.
La semifinal fue lucha del recuerdo: Huracán Ramírez, Solar y Super Astro vs El Negro Navarro, Scorpio Jr y Shu El Guerrero. Han de promediar unos sesenta años, pero Solar aún usa las cuerdas, y el Negro Navarro sigue siendo maestro de las llaves a piso. Scorpio y Shu sin mucho que aportar ciertamente.
En ring side, un grupo de unos diez niños hacían un gran alboroto, azuzados por varios adultos que los acompañaban (parecían ser los tíos y los sobrinos), se pasaron casi todas las luchas 'saludando' luchadores en coro. Bastante molestos, sin gracia y con los tíos diciendo a los niños qué decir y a quién saludar.
El Pirata Morgan, Black Terry y Fuerza Guerrera contra tres luchadores jóvenes: El Hijo del Doctor Wagner, Deccnis, y El Oriental. Con excepción del Pirata Morgan, que aparte de estar gordo y grande no parece tener mucho que ofrecer, los demás luchadores tienen lo suyo: Black Terry, si mal no recuerdo, era mi villano odiado por haberle ganado un campeonato al Vagabundo, mi ídolo de niño en la Arena Poza Rica. En aquella vez, el Vagabundo estaba a punto de aplicarle la Tapatía a Black Terry, pero se le descompuso la llave en el último minuto, y el rudo se repuso para aplicar el toque de espaldas y ganar. Cómo hubiera querido ver campeón al técnico... pero no. Black Terry aún lucha regular... igual Fuerza Guerrera.
La lucha estelar comenzó como esas donde ya hay un pique fuerte: apenas están presentando a los técnicos, y los rudos ya no los dejan ni subir al ring y comienzan a tundirlos. Le rompieron la máscara al Hijo del Santo y le estrellaron sillas al Villano IV. El Hijo del Solitario es mucho más alto que el Hijo del Santo: le lleva como dos cabezas, y es bastante loco. Su máscara tiene un forro color rojo, así que cuando se la rompen da la impresión que está sangrando, pero esta vez aunque se la dejaron con media tapa volando, no hubo una sola gota de sangre. El Hijo del Santo aún aplica la de a caballo, vuela por cuerdas y fuera del ring, e incluso se aventó un doble vuelo: de las cuerdas al centro del ring para tumbar al Hijo del Angel Blanco, y levantándose con una marometa para aventarse fuera del ring con un tope volador al Hijo del Solitario. Se me cumplió gritar en la arena: "Santo, Santo, Santo". Abril pareció disfrutar más la función que Emanuel. Quedamos de no decirle a Maribiel que nos habíamos gastado seiscientos pesos en los boletos.
Esta vez nos regalaron posters de la función, en blanco y negro, que terminaron hechos un desastre y que ya no guardamos para traer a casa. Quedamos de ir la próxima semana.
Lapi
Lapi Estoy esperando en el laboratorio. Me harán un exudado faríngeo y nasal para ver qué carambas tengo. Ya llevo 4 Semanas con mi tos perruna y sobre todo con la garganta cerrada. Mi tos literalmente me ahoga y me cuesta trabajo respirar cuando intento sacar las flemas. Vine acá cuando el examen médico para entrar a Bimbo hace tres años. Y hace poco más de un año cuando mis análisis médicos que mi mamá me pagó, y que terminé olvidando en un seven eleven y recuperando por internet.
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