sábado, 6 de abril de 2013

Temporada baja

No siempre se puede escribir cuando hay alegría desbordada o profunda tristeza únicamente. Hoy, por ejemplo, estoy en una parte baja de la tabla. Hasta a las chivitas les ha ido como en feria a últimas fechas. El trabajo no marcha como debiera, y se acumulan pendientes y pendientes por todos lados. Quisiera cambiar un poco de aires, ciertamente, y regresar a aquellas gloriosas épocas en que era consultor nomás, y podía descansar un poco más.
Ahora están por terminar las vacaciones; los niños andan desvelados, y no hemos aprovechado el tiempo tanto como quisiéramos. Aún no hacemos aquella lista de deseos que les prometí escribir juntos: que a qué museos y parques queríamos ir este año; a dónde saldríamos de vacaciones, y qué cosas quisiéramos aprender, hacer o incluso hasta comprar. Ya tenía una idea de algunas. Por ejemplo, arreglar las bicicletas y visitar el Parque Tezozomoc y El Parque de los Ciervos en Atizapán; aprender a tocar guitarra o piano; conocer vinos y cervezas de México y coleccionar LP's de vinil, principalmente de boleros y jazz; leer doce libros en el año; arreglar mis finanzas personales, tramitar nuestras visas de Estados Unidos y programar unas vacaciones en Nueva York o Washington (en ambos casos en los Estados de NY, WA).
He logrado ya muchas cosas: aprender a manejar a los veintinueve años; aprender a nadar a los treinta y siete; aprender mecanografía a los veintisiete; aprender inglés a los 13; y seguramente aprender algún instrumento musical pasados los cuarenta.

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