Hay unos quesitos individuales marca Baby Bamel, que están cubiertos
de una cera roja ideal para hacer amasijos. Aquí está el caballito que
hice y rehice varias veces; luego se convertiría en un hongo
achaparrado y gordo, ya con la cera de dos quesitos.
domingo, 23 de diciembre de 2012
Luchas del Dangerous Zone
Fuimos a ver si había Luchas en la Arena López Mateos. Y que sí... que sí había luchas a las siete de la noche. No había cartel, pero sí los vendedores de máscaras que se ponen cuando hay luchas. Así que quedamos con Emanuel de ir por la noche.
El cartel resultó completamente desconocido, y de una empresa de lucha que no había escuchado antes: Dangerous Zone. Compramos boletos de Ring Side: 70 pesos Adulto y niños gratis, aunque a final de cuentas Emanuel quiso quedarse en gradas. No llevaba esta vez su libreta de autógrafos de luchadores, ni yo llevaba cámara para las fotos. Creo que no nos hizo gran falta. Esta ha sido quizás la función con el menor espectáculo de lucha que haya visto. La función empezó con unos relevos australianos, que en realidad se entiende son de los luchadores que están empezando, que hay que tenerles algo de paciencia porque no todas las llaves les salen bien, y que son una mezcla de muchachos muy delgados y uno que otro gordo que casi siempre la hace de villano. Esa lucha resultó quizás la más entretenida a final de cuentas. La siguiente lucha fue de relevos mixtos: un luchador y una luchadora en cada bando. Lady Black por un lado, y la Hielera por el otro; ambas jóvenes pero bastante gruesas, y por el otro lado teníamos al Nuevo 300 (o sea un espartano perfectamente caracterizado, aunque con pocas habilidades luchísticas) y a Crazy R, que parecía tener una porra bastante numerosa entre la grada. Nada que rescatar de la lucha que fue bastante lentona; La Hielera tenía ese nombre porque venía caracterizada de jugadora de hockey sobre hielo, y traía un par de correas o cinturones con los cuales despúes de la primera caída se puso a tundir a sus rivales, y también usaba el palo de hockey para picarles la panza, darles palazos y ahorcarlos.
Luego vino otra lucha de relevos australianos, donde el luchador popular era un tal Príncipe Veen de máscara rosa, que también traía buena porra, y que quizás tuviera algo más de técnica que el resto de su equipo. Del otro lado, había un luchador rudo, bastante gordo, que era la burla de la porra técnica, y que se dedicó a pelear con la tribuna. Al final de la lucha, que ganaron los rudos, éste amigo se la pasó tomándose fotos con el público, casi a la par que el tal Príncipe, festejó y dió gracias como si hubiera ganado un campeonato, y fue a dar un abrazo a quien creo que era su madre, que en las gradas no dejaba de aplaudirle y de gritar mentadas a otros luchadores el resto de la noche.
Las últimas dos luchas de la noche fueron peleando un campeonato: Power Bull contra el Pirata Negro como semifinal y la estelar tenía a La Bestia Negra y Demonio Gato contra Volariz y Juana La Loca. El mano a mano resultó también lento y sin muchas emociones; la lucha fue del tipo el que se canse primero pierde; nada que comentar en realidad. En la de relevos, era la primera vez que veíamos un 'Exótico' en la Lopez Mateos; Juana La Loca le tocaba el trasero a sus rivales, gritaba como loca cuando lo lanzaban por el ring, y vestía con un pequeño tutú rosa encima de las mallas negras. Volariz era anunciado como un maestro del aire; y en algún momento se lanzó desde las gradas, arriba del pasillo principal de entrada, sobre uno de los rudos. En ésta hubo máscaras rotas y al final algo de sangre, que hizo que Emanuel llegara a casa diciendo que todo el ring estaba cubierto de sangre, a lo cual tuve que hacer una mueca como diciendo: creo que exageró.
Algo a comentar de esta función es que hubo un luchador que fue a disculparse ante el público por no aparecer en una de las luchas; que había tenido un accidente y que no podía luchar, pero que como era todo un profesional, se presentaba a disculparse en persona. Otra cosa fue que a mitad de la función se presentó una tal Cassandra, que - no supe bien si hombre, mujer o quimera - ofreció un espectáculo mezcla de baile y table dance: comenzó con un uniforme de barrendero a limpiar el ring, y fue bailando y quitándose la ropa, meneando una enorme melena rubia, pero dando algunos momentos incómodos cuando hacía movimientos de pelvis sobre la lona, o cuando movía su doble bikini hacia abajo. Muy raro.
El cartel resultó completamente desconocido, y de una empresa de lucha que no había escuchado antes: Dangerous Zone. Compramos boletos de Ring Side: 70 pesos Adulto y niños gratis, aunque a final de cuentas Emanuel quiso quedarse en gradas. No llevaba esta vez su libreta de autógrafos de luchadores, ni yo llevaba cámara para las fotos. Creo que no nos hizo gran falta. Esta ha sido quizás la función con el menor espectáculo de lucha que haya visto. La función empezó con unos relevos australianos, que en realidad se entiende son de los luchadores que están empezando, que hay que tenerles algo de paciencia porque no todas las llaves les salen bien, y que son una mezcla de muchachos muy delgados y uno que otro gordo que casi siempre la hace de villano. Esa lucha resultó quizás la más entretenida a final de cuentas. La siguiente lucha fue de relevos mixtos: un luchador y una luchadora en cada bando. Lady Black por un lado, y la Hielera por el otro; ambas jóvenes pero bastante gruesas, y por el otro lado teníamos al Nuevo 300 (o sea un espartano perfectamente caracterizado, aunque con pocas habilidades luchísticas) y a Crazy R, que parecía tener una porra bastante numerosa entre la grada. Nada que rescatar de la lucha que fue bastante lentona; La Hielera tenía ese nombre porque venía caracterizada de jugadora de hockey sobre hielo, y traía un par de correas o cinturones con los cuales despúes de la primera caída se puso a tundir a sus rivales, y también usaba el palo de hockey para picarles la panza, darles palazos y ahorcarlos.
Luego vino otra lucha de relevos australianos, donde el luchador popular era un tal Príncipe Veen de máscara rosa, que también traía buena porra, y que quizás tuviera algo más de técnica que el resto de su equipo. Del otro lado, había un luchador rudo, bastante gordo, que era la burla de la porra técnica, y que se dedicó a pelear con la tribuna. Al final de la lucha, que ganaron los rudos, éste amigo se la pasó tomándose fotos con el público, casi a la par que el tal Príncipe, festejó y dió gracias como si hubiera ganado un campeonato, y fue a dar un abrazo a quien creo que era su madre, que en las gradas no dejaba de aplaudirle y de gritar mentadas a otros luchadores el resto de la noche.
Las últimas dos luchas de la noche fueron peleando un campeonato: Power Bull contra el Pirata Negro como semifinal y la estelar tenía a La Bestia Negra y Demonio Gato contra Volariz y Juana La Loca. El mano a mano resultó también lento y sin muchas emociones; la lucha fue del tipo el que se canse primero pierde; nada que comentar en realidad. En la de relevos, era la primera vez que veíamos un 'Exótico' en la Lopez Mateos; Juana La Loca le tocaba el trasero a sus rivales, gritaba como loca cuando lo lanzaban por el ring, y vestía con un pequeño tutú rosa encima de las mallas negras. Volariz era anunciado como un maestro del aire; y en algún momento se lanzó desde las gradas, arriba del pasillo principal de entrada, sobre uno de los rudos. En ésta hubo máscaras rotas y al final algo de sangre, que hizo que Emanuel llegara a casa diciendo que todo el ring estaba cubierto de sangre, a lo cual tuve que hacer una mueca como diciendo: creo que exageró.
Algo a comentar de esta función es que hubo un luchador que fue a disculparse ante el público por no aparecer en una de las luchas; que había tenido un accidente y que no podía luchar, pero que como era todo un profesional, se presentaba a disculparse en persona. Otra cosa fue que a mitad de la función se presentó una tal Cassandra, que - no supe bien si hombre, mujer o quimera - ofreció un espectáculo mezcla de baile y table dance: comenzó con un uniforme de barrendero a limpiar el ring, y fue bailando y quitándose la ropa, meneando una enorme melena rubia, pero dando algunos momentos incómodos cuando hacía movimientos de pelvis sobre la lona, o cuando movía su doble bikini hacia abajo. Muy raro.
Mi tarea
Juegos de Mesa.
Hace unos días jugaba con Emanuel al turista. Él hacía del banco y yo administraba las propiedades. Abril no quiso unírsenos, pero ya había hecho un papelito con indicaciones de cuántos billetes tenía que preparar: que si 2 de 50mil, 8 de 10 mil, y así, para que su hermano tuviera clarito cómo repartir el dinero. El turista era de mis juegos favoritos. Pero creo que era mejor con el tablero cuadrado, con el turista mundial y con los países de colores donde áfrica era lo más caro y américa central lo más barato. El turista de Disney no me gusta tanto, porque es como un mapa y la pista en forma de un ocho; prefería los títulos de propiedad de los países. Emanuel compra y compra propiedades cada que cae en una de ellas. Olvida rápidamente si ya la compró y en la próxima vuelta intenta comprarla de nuevo. Yo me pierdo con los nombres: que si la calle de Main Street, o si la cafetería de Main Street... prefiero los países y prefiero los avioncitos en lugar de esos carros gordos que trae este turista.
Moni nos regaló el Jenga, que hemos jugado algunas veces. Es divertido, aunque creo que le hará falta algo más para hacerlo aún más ameno entre todos. Tiene muchísimo que no jugamos Dominó. Y tanto que me gusta. Tuve mis épocas doradas de jugar dominó cuando en el proyecto de BBU del segundo año instituímos los Martes de Dominó; había que recolectar cinco o diez dólares por cabeza, asegurar de ir por cerveza para la sesión, y pedir pizzas para la velada. Nacho Gómez Maya jugaba con Vasú, un indio igual de alto que él, que hizo bastantes buenas migas con los mexicanos. Yo jugaba con Alberto Paredes, que en aquel tiempo era mi jefe, y nuestros acérrimos enemigos eran Nahum y Julio Jiménez, los dos del área de Ventas, y con quienes tuvimos noches memorables y duelos increíbles. Nahum y Julio se las daban de tahúres de la ficha, y yo siempre pasaba por el despistado tirafichas que descuadraba por completo el Juego. Una vez los saqué de quicio porque cerré el juego, sin yo mismo darme cuenta que lo había cerrado, y además ganando por algo así como 40 puntos contra cuarenta y dos; una probabilidad ínfima de que la jugada hubiera sido pensada.
Hace unos días jugaba con Emanuel al turista. Él hacía del banco y yo administraba las propiedades. Abril no quiso unírsenos, pero ya había hecho un papelito con indicaciones de cuántos billetes tenía que preparar: que si 2 de 50mil, 8 de 10 mil, y así, para que su hermano tuviera clarito cómo repartir el dinero. El turista era de mis juegos favoritos. Pero creo que era mejor con el tablero cuadrado, con el turista mundial y con los países de colores donde áfrica era lo más caro y américa central lo más barato. El turista de Disney no me gusta tanto, porque es como un mapa y la pista en forma de un ocho; prefería los títulos de propiedad de los países. Emanuel compra y compra propiedades cada que cae en una de ellas. Olvida rápidamente si ya la compró y en la próxima vuelta intenta comprarla de nuevo. Yo me pierdo con los nombres: que si la calle de Main Street, o si la cafetería de Main Street... prefiero los países y prefiero los avioncitos en lugar de esos carros gordos que trae este turista.
Moni nos regaló el Jenga, que hemos jugado algunas veces. Es divertido, aunque creo que le hará falta algo más para hacerlo aún más ameno entre todos. Tiene muchísimo que no jugamos Dominó. Y tanto que me gusta. Tuve mis épocas doradas de jugar dominó cuando en el proyecto de BBU del segundo año instituímos los Martes de Dominó; había que recolectar cinco o diez dólares por cabeza, asegurar de ir por cerveza para la sesión, y pedir pizzas para la velada. Nacho Gómez Maya jugaba con Vasú, un indio igual de alto que él, que hizo bastantes buenas migas con los mexicanos. Yo jugaba con Alberto Paredes, que en aquel tiempo era mi jefe, y nuestros acérrimos enemigos eran Nahum y Julio Jiménez, los dos del área de Ventas, y con quienes tuvimos noches memorables y duelos increíbles. Nahum y Julio se las daban de tahúres de la ficha, y yo siempre pasaba por el despistado tirafichas que descuadraba por completo el Juego. Una vez los saqué de quicio porque cerré el juego, sin yo mismo darme cuenta que lo había cerrado, y además ganando por algo así como 40 puntos contra cuarenta y dos; una probabilidad ínfima de que la jugada hubiera sido pensada.
Tlalnepantla de Baz Prenavidad
El arbolito de navidad de este 2012 fue dorado. Como pocas veces, casi no adornamos, y ahora que recuerdo ni siquiera puse luces en la calle. Creo que fue general; he visto pocos lugares iluminados, o estoy tan ensimismado, que no he visto como otras veces, esos lugares iluminados. Intenté poner música de navidad, sin gran éxito. La noche de paz y la blanca navidad a estas alturas ya no me hacen ninguna gracia. Aún así, vimos al menos la película del regalo de navidad. Aquella donde un niño sueña con que Santa Claus le traiga el rifle de los vaqueros, y donde un par de niños apuestan a pegar la lengua en un poste helado. Eso quizás, fue lo más cercano a celebrar la navidad. Recordé, eso sí, con una entrevista que hicieron en canal once a Alberto Angel El Cuervo, cómo eran las navidades en mi Papantla. Cantábamos la rama con Rubén, y Pina, y los demás niños de la calle; recuedo que hacía frío y adornábamos la rama como arbolito de navidad; nos daban dinero y en casa también teníamos 'feria' para cuando pasaran los niños a cantar. Ya se va la rama muy agradecida, porque en esta casa fue bien recibida... nos despedíamos cuando salían a darnos dinero. Y con una rimita diferente nos despedíamos de las casas que no nos daban.
23 de Diciembre
Cerca del fin de año, llevo más de dos semanas enfermo de una cosa bastante rara que me cierra la garganta y hace que la campanilla engorde horrores y se tienda sobre la lengua, a estorbar mi tragar y deglutir. Empecé primero con un tratamiento de millones de unidades de penicilina, que hicieron temblar mis pompas frenéticamente en alguna de las primeras dos inyecciones. Me inyectó mi suegra y Emanuel se reía de que al terminar, los músculos del glúteo se movían espasmódicamente; sí me dolió y hasta dejé salir un pequeño quejido y un par de lagrimitas esa ocasión. En total, sumando el antibiótico inicial y luego el esteroide, van como ocho piquetes. Y no me molestaría tener más si fuera necesario. Con tal de que ya se acabe esta maldita tos perruna y el cierre de garganta. Creo que debe ser algo más, algo crónico. Quizás -ojalá - una alergia que me cause hipersensibilidad; quizás las alfombras me están afectando. Llevo ya varias recaídas con un cuadro similar.
Hace cuatro años, en China, nos tumbó una neumonía memorable. El invierno nos agarró del cogote y nos hizo como quiso; terminamos varios en el hospital Occidental con mediciona tradicional y otra no tanto, que sabía horrible, y que nos preguntábamos si era para hacer gárgaras o para tomar.
Hace tres años, en Estados Unidos, fue la AH1-N1, y los días en que tenía que exponer la metodología del proyecto de Assessment ante no sé cuántos ejecutivos de Bimbo en Toluca, y yo que no paraba de fluir por la nariz, y con una ronquera espantosa. Recuerdo que salía cada cinco minutos a lavarme las manos, a sonarme la nariz y a respirar para volver al foro. Dos semanas estuve con tres doctores distintos, antes de viajar a Estados Unidos y enterarnos, estando allá, de la emergencia sanitaria y de las medidas a tomar.
Pues hoy ango con algo parecido y ya estoy harto. Y se me juntó el hartazgo de la tos con el hartazgo del trabajo, de la casa, de la rutina y de todo lo demás. Para empeorarlo, no percibo olores ni sabores, lo cual me hace miserable. Y como siempre que padezco de la voz, noto como todo el tiempo hablo en voz baja conmigo mismo, en español o en inglés, canturreando o susurrando, y cómo parte de mis pensamientos fluyen por una delgadísima línea de voz hacia mí mismo.
lunes, 2 de abril de 2012
Emanuel Ibrahim
Emanuel nació en el Hospital Angeles Metropolitano de la colonia Roma, un lunes 18 de Octubre en una cesárea programada. Al contrario de lo que pasó con su hermana, pude estar presente en el nacimiento, e incluso grabamos todo de principio a fin. La grabación estuvo fabulosa porque no la tuve que hacer yo, sino que amablemente el anestesiólogo se ofreció a grabar; él mismo decía al terminar: "quedó chida esta grabación".
sábado, 31 de marzo de 2012
iPad entry
Purs finalmente me compre un inscripción. Ls r@;€reincida de es Rita fa es de la,anglo obesidad.esk mi de jerga. Ni esta hecha la iPad para trabajar con teclado Otero igual lo estaré intentando. Tendría que estar viendo e, tablero todo e, Diego
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